domingo, 5 de septiembre de 2010

SAUNA


La sauna elimina toxinas .Abre los poros y elimina del cuerpo metales pesados (plomo, mercurio, zinc, níquel, cadmio...). También elimina alcohol, nicotina, sodio, ácido sulfúrico y combate el colesterol. Aunque también perdemos minerales, que podemos recuperar con una bebida isotónica. Se pueden llegar a perder hasta 2 litros de agua junto a las toxinas que eliminamos.   Aumenta las defensas y elimina virus y células tumorales. Desestresante. Libera endorfinas y por lo tanto ayuda a combatir el insomnio y el stress. Mejora la función cardiovascular.Al dilatar los vasos capilares obliga a bombear al corazón con mas fuerza para mantener la presión sanguínea.Para personas con afecciones cardiovasculares se aconseja que la sauna no supere los 65 grados. Mejora la respiración. Está comprobado que los pacientes con enfermedades pulmonares obstructivas mejoran transitoriamente sus funciones pulmonares. Mejora la artritis. Ejerce un efecto positivo sobre el sistema locomotor y el estado psicoemocional aliviando el dolor artrítico.Ayuda en general a: reducir la celulitis y adiposidades, torceduras, neuralgias, bursitis, espasmos musculares, rigidez articular y en general dolencias óseo-musculares.   La  sauna puede resultar ser peligrosa para quienes padecen determinadas enfermedades del corazón, ya que sudar abundantemente provoca se concentren también los fluidos corporales, por lo que la sangre se torna más densa y esto puede provocar un ataque cardiaco. Por ello, los especialistas recomiendan tanto en caso de hipertensión como en personas cardiópatas consultar con el médico la conveniencia o no de acudir a una sauna.

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