martes, 24 de enero de 2012

TE VERDE

El té verde al no estar fermentado conserva intactos los componentes vitamínicos, antioxidantes y medicinales existentes en las hojas. El sabor del té verde es suave y delicado, pero posee un cuerpo inconfundible. Los componentes del té verde acumulan un buen número de cualidades positivas : combaten numerosos tipos de cáncer, evitan enfermedades cardiovasculares disminuyendo los riesgos de infarto, mejoran las mucosas y la piel, ayudan a adelgazar, potencian el sistema inmunológico, combaten los radicales libres e incluso previenen la caries.
El té contiene varios tipos de polifenoles pero los más abundantes son los flavonoides.  Se trata de nutrientes distintos a las vitaminas y a los minerales entre cuyas funciones está la de actuar como antioxidantes, protegiendo a los tejidos del deterioro causado por los radicales libres.
Los principales flavonoides presentes en el té pertenecen a un tipo de sustancias conocidas génericamente como catequinas.
Los polifenoles no son los únicos antioxidantes que contiene el té verde, también presenta vitamina A, vitamina B2, vitamina C y carotenoides.
La vitamina A ejerce un efecto protector sobre las mucosas y protege al sistema cardiovascular reduciendo la oxidación del colesterol LDL, causante de la arteriosclerosis.
La vitamina B2 ayuda a mantener una piel sana, así como el cabello y las uñas, siendo muy beneficiosa paara la visión ya que alivia la fatiga ocular.
La vitamina C protege del cáncer de la cavidad bucal, de esógago, estómago y páncreas, al tiempo que evita la oxidación de las vitaminas A y E, prolongando su efectividad
La vitamina E es también un potente antioxidante, que cumple la función de proteger las membranas celulares del daño causado por los radicales libres. También reduce la incidencia de cieros tipos de cáncer, especialmente de pulmón, esófago y estómago.


Los minerales presentes en el té son realmente numerosos. Entre ellos está el calcio, cromo, magnesio, manganeso, hierro, cobre, zinc, molibdeno, sodio, fósforo, cobalto, estroncio, níquel, potasio, aluminio, flúor y selenio.
Mientras que las necesidades corporales de algunos de ellos están normalmente cubiertas por la alimentación habitual, como es el sodio, el calcio o el hierro, no ocurrre lo mismo con otros como el manganeso o el selenio, de los cuales es deficitaria una gran parte de la población y cuya carencia puede originar trastornos crónicos.
Una sola taza de té verde contiene la cantidad de manganeso que el cuerpo necesita diariamente. Lo mismo ocurre con el flúor, responsable tal vez de los probados efectos benéficos que el té verde tiene sobre la dentadura, por su notable protección contra la caries.

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